Las caponeras invaden Managua: transporte económico y riesgoso impulsado por la pobreza y el desempleo
En Managua, las caponeras se han consolidado como una opción de transporte económica; sin embargo, es un sector que continúa creciendo en medio de la informalidad


- Managua, Nicaragua
- mayo 12, 2025
- 10:00 AM
- Despacho 505
- Copyright Despacho 505
Desde hace tres años, Maycol recorre las calles del barrio 19 de Julio en Managua a bordo de una mototaxi para ganarse la vida. Este medio de transporte, también conocido como caponera, se ha convertido en la solución de desplazamiento para quienes no pueden costear un taxi convencional. Su auge, es en realidad, un reflejo de la creciente pobreza y el desempleo.
En el mercado Oriental, el más grande de Centroamérica entran y salen caponeras, pero tras su frenético ir y venir se ocultan la informalidad, la explotación, la exclusión social, los constantes riesgos viales y la precariedad laboral crónica.
“Nos tratan como si fuéramos nada (menosprecio). Los buseros nos dicen que estorbamos y algunos hasta nos quieren echar el bus encima, y eso es diario”, se queja Maycol en entrevista con DESPACHO 505.
Explica que gran parte de quienes conducen caponeras en Managua no son propietarios, no tienen acceso a seguridad social y están a expensas de la ganancia del día. Paran un básico de 500 córdobas diarios por alquiler y realizan jornadas de más de ocho horas para reunir tener ganancias. Algunas veces, dice Maycol, apenas alcanza para cubrir el pago del vehículo.
LEA TAMBIÉN | Cardenal Leopoldo Brenes, el único nicaragüense con derecho a elegir o ser electo Papa
En Managua existen varias cooperativas de mototaxis que agrupan a conductores de diferentes barrios y zonas populares. Estas cooperativas les permiten operar bajo ciertas reglas, alquilar las unidades e incluso acceder a beneficios como mantenimiento colectivo o espacios de estacionamiento. No obstante, siguen funcionando dentro de un contexto de informalidad y falta de regulación clara.
Sin licencia y sin control
Un problema visible que incrementa la tensión y los riesgos en las calles es que muchos conductores de mototaxis no tienen licencia de conducir. Esta falta de preparación y formalidad ha derivado en accidentes y conflictos con otros sectores del transporte.
“Hay mucha gente que no anda licencia, y muchos de ellos se han visto involucrados en accidentes y después no saben qué hacer en esa situación. Y por ellos es que nosotros, los que andamos todo en regla, terminamos pagando los platos rotos”, explica Maycol.
Una opción más accesible
Para quienes usan este medio de transporte, las caponeras representan una alternativa frente al alto costo de los taxis tradicionales.
“Yo voy diario al mercado a hacer compras para mi comidería y me sale mejor abordar una moto. Me cobran 50 córdobas, mientras que el taxi no baja de 100. Incluso ya tengo el contacto de uno de los caponeros y se me facilita”, relató una usuaria.
Aunque reconoce que el servicio suele ser accesible, también señaló que algunos conductores intentan cobrar como si fueran taxis formales. “Una vez me quisieron cobrar como si fuera taxi, y eso no es justo. Tienen que ser más sensatos con los usuarios”, reclamó.
Circulación fuera de ruta y accidentes
A pesar de los beneficios que el régimen ha otorgado a este sector —como facilidades para organizarse en cooperativas o acceso a combustible subsidiado—, la circulación de caponeras fuera de las rutas autorizadas continúa siendo un problema.
La ley establece que este tipo de transporte debe circular únicamente por caminos comarcales, vecinales o calles municipales. Sin embargo, es común verlos en vías principales, rotondas, carreteras y pasos a desnivel, lo que provoca conflicto con otros colectivos de transpote, presiona el tráfico e incrementa el riesgo a accidentes.
MÁS NOTICIAS | Fuego, cárcel y exilio: siete años de ataques del régimen contra la Iglesia católica en Nicaragua
Hasta 2023, la Dirección de Tránsito Nacional tenía registro de 24, 207 caponeras en todo el país, siendonosla Managua el principal mercado con 102 corredores activos. El auge de las caponeras lo ha propiciado la crisis económica y el desempleo.
Entre la necesidad y la informalidad
Los caponeros siguen operando en una delgada línea entre la necesidad económica, la falta de regulación efectiva y el rechazo de otros gremios. “Seguimos porque no hay de otra. Nos movemos, ayudamos a cargar a la gente, llevamos chavalos a la escuela. Buscamos cómo ganarnos el pan de cada día”, afirmó Maycol.
Mientras tanto, Managua sigue adaptándose al crecimiento de este sector informal, que plantea nuevos retos en materia de movilidad urbana, seguridad vial y regulación laboral.